Más allá de la lucha entre las aerolíneas y el buque insignia del Grupo Eurnekian, cuando Aerolíneas Argentinas y AA2000 combinan sus malas atenciones los viajeros corremos riegos altos de explotar. El jueves pasado intentaba volver de Córdoba luego de asistir a una conferencia. Mi vuelo original de las 18,30 fue reprogramado primero para las 20,30 y luego a las 22. Todo esto sin previo aviso, claro. Lo cierto es que para compensar, el personal de Aerolíneas entregó un boucher por una cena en el restaurante del aeropuerto a los más de 200 pasajeros demorados (dos vuelos fueron reprogramados). El restaurante del aeropuerto administrado por AA2000 comenzó a servir la cena recién a las 9 de la noche y por supuesto carecía de la capacidad para atender a los pasajeros.
Para entonces, ya había gastado 22 pesos en un sándwich de pollo más chico que una hamburguesa de restaurante de comida chatarra (el restaurante competidor más cercano está a 15 pesos de taxi). Y como a las 21,30 no me habían servido la cena, me levanté de la mesa para embarcar en mi vuelo y así dejar lugar a los pasajeros que hacían fila para poder cenar y sentarse (el moderno aeropuerto de Córdoba parece un shopping y tiene muy pocos asientos). Lo cierto es que cuando llegué hasta el primer monitor, grande fue mi sorpresa cuando leí que el vuelo fue atrasado nuevamente para las 23,30. Dos compañías abusando juntas en una sola noche.
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